
nada menos canchero,
estos días,
que calzarse un térmico prestado
un gorrito, los viejos guantes rossignol,
la música, la petaca, los puchos por las dudas
las tablas finitas de fondo
y salir a dar una vuelta.
entrar en calor en segundos
el bosque cargado alrededor
huellas de zorro en la nieve
un bolero imposible en los oídos
y que el embole se disuelva
por un rato
y que el tiempo se detenga
por un rato.
nada menos canchero,
nada más parecido a bailar.